De nombre se llamaba ANSIEDAD

                                    Las manos de la ansiedad.  Oswaldo Wayasamin


De nombre se llamaba ANSIEDAD
Hay días y horas que los bares son desiertos, sin nadie. Eso hizo que Paca, una chica que vino a buscar trabajo se acercara a preguntar si la llamaríamos. Ella misma ya vio como iban las cosas. Poca gente. Al momento Charlie que cerró el bazar cercano al bar se pasó también. Yo, como no tenía a quién atender me senté con ellos a charlar.

Y una conversación sin más, como podría ser otra cualquiera, cambió de formato. Charlie estaba de pie, no se sentaba, agarrado a su bici, diciendo que se iba a ir ya. Yo o por intuición, o por experiencia o por casualidad sentí que algo le pasaba y le pregunté si quería que lo acercara con la furgoneta a casa. Aunque cada día hacía el recorrido en bici, 10 km, ese día sentí que me agradecería el que lo llevara. Y así fue.                                                                                                 

Nada más entrar en la furgoneta, ni pasados dos minutos me dijo que desde hacía seis años tenía ansiedad, y que no sabe porque mientras estaba en la terraza del bar empezó a venirle. Le parecía que Paca hablaba muchísimo, y se agobió por eso, o no sabe porqué, pero la cuestión es que empezó a sentirse mal y notar como el corazón se le aceleraba. No sabía si eran taquicardias, dolor en el pecho, o ansiedad. De repente pensó que algo le estaba sucediendo. ¿Un ataque al corazón?. Me dijo que más de una vez había ido al médico así y que al final le daban un diazepan, que los llevaba incluso encima, pero en ese momento el miedo tenía más fuerza y lo que otras veces le había pasado no valía para pensar en quedarse tranquilo. La experiencia no era un plus al que acogerse.

-Seis años ya. Vaya mierda de vida. - me dijo Charlie.

Más tarde cuando yo ya estaba en la cama me envió un mensaje por wasap. Había ido al médico y era ansiedad. Un diazepan y de vuelta a casa.

Me atrevería a decir que dentro de un tiempo volverá a pasar lo mismo. El miedo se apoderará, creerá que algo le sucede, los pensamientos dejarán de ser racionales, verá en peligro su vida, le podrá incluso venir pánico, y solo con un médico que le diga que no le sucede nada, volverá a la tranquilidad. De nada servirá que alguien le diga que es ansiedad y que se tranquilice. De nada.

Querida amiga ansiedad, como te conozco. Pensaba que solo conmigo te comportabas así, pero no, eres predecible, y aún así, vuelves a comportarte como la misma imbécil de siempre.

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